El Abanico

Luciano Quiñones

Me contaba mi abuelita
que en las fiestas del ayer
el abanico jugaba
un importante papel:
las muchachas casaderas
(con picardía y discreción)
enviaban sus mensajes
al Tenorio de su amor.
Se repite
Si una chica se abanica
sobre el pecho lentamente
es señal de que es soltera
y no tiene pretendiente.
En cambio si se abanica
algo apresuradamente;
significa, caballero,
que llana y sencillamente,
la dama es comprometida,
la dama es comprometida,
siga viaje y mejor suerte.

Si abre y cierra el abanico
y lo pone en su mejilla
le indica al afortunado
que ha gustado a la chiquilla.
Si con él toca su frente
y entorna la vista al norte,
le dice la señorita
a su príncipe consorte:
"pienso en ti de noche y dia,
pienso en ti de noche y día...
principalmente de noche."

Si la muchacha sospecha
de su amado algún desliz,
toca con el abanico
la punta de su nariz:
"Algo no me huele bien."

Cuando la chica, impaciente,
camina de lado a lado
dando con el abanico
en la palma de su mano;
le avisa así a su Don Juan:
"cariñito, ten cuidado!"
pues se acerca su mamá,
pues se acerca su mamá,
la chaperona o su hermano.
Se repite
Si abre y cierra el abanico
señalando hacia el jardín:
"espérame allí mi amor,
pronto estaré junto a ti."
Mas al ocultar sus labios
y mirarlo dulcemente,
envía la dama señal
que el caballero comprende;
le palpita el corazón,
queda absorto en su embelezo,
suda y tiembla de emoción,
suda y tiembla de emoción
pues le han enviado un beso.
Suda y tiembla de emoción
pues la dueña de su amor
lo ha premiado con un beso.

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